La seguridad es uno de los principales elementos de preocupación para las familias. Tener una vivienda protegida frente a la entrada de posibles intrusos aporta un plus de tranquilidad y aumenta la sensación de confort.
Los mecanismos que, hoy por hoy, garantizan unos mejores niveles de protección son las alarmas de seguridad. El clásico aviso sonoro que alertaba sobre un intento de robo ha evolucionado hacia sistemas mucho más efectivos. Hoy, los servicios más avanzados trabajan en conexión permanente con una central receptora, que capta las señales de alarma y ofrece una respuesta inmediata. De esta manera, los propietarios pueden sentirse totalmente seguros, tanto si están dentro de casa como si se encuentran fuera del domicilio.
Pero, ¿cómo funcionan estos sistemas de protección?, ¿por qué los ciudadanos confían cada vez más su seguridad a una empresa de alarmas?
Tecnología punta
Los dispositivos de alarma de última generación incorporan tecnología punta y han sido creados para responder ante posibles sabotajes. El sistema no se ve afectado por los conocidos inhibidores de alarmas y también sigue funcionando cuando se producen cortes de luz. Gracias al SAI, el sistema de alimentación ininterrumpida, los aparatos se mantienen activos aunque falte el suministro eléctrico.
Los nuevos sistemas de alarma incorporan sensores de movimiento y temperatura, que se ponen en funcionamiento cuando detectan una presencia en la zona controlada. También incluyen cámaras de visión nocturna que proporcionan protección máxima las 24 horas del día.
En la actualidad, la mayor parte de alarmas de seguridad se pueden controlar a través del móvil. Con las nuevas apps, los propietarios pueden recibir la señal de las cámaras de seguridad desde cualquier lugar.
Conexión a una CRA (Central Receptora de Alarmas)
Los mecanismos de protección (cámaras y sensores) de las alarmas más novedosas están conectados con una central receptora de alarmas (CRA), que se encarga de verificar los avisos y de comprobar las alertas falsas. La respuesta es inmediata; cuando salta una alarma, la señal llega a la CRA y en menos de 30 segundos se ponen en marcha los protocolos de seguridad.
La CRA está integrada por personal cualificado, que avisará a la policía cuando lo estime necesario. En determinados casos los servicios de alarma envían al lugar un vigilante propio para inspeccionar la zona y averiguar si se ha producido algún hecho extraño.
La detección de falsas alarmas es importante porque pueden acarrear consecuencias para el propietario. Si la policía se desplaza varias veces a un inmueble a causa de avisos falsos puede acabar aplicando una sanción al propietario. Por eso conviene contar con un servicio de alarmas que realice las comprobaciones pertinentes y evite desplazamientos innecesarios de los agentes.
Instalación rápida y sistemas a medida
La instalación de una alarma requiere siempre la intervención de un profesional. Hay personas que compran el mecanismo en una tienda online con la intención de instalarlo por su cuenta. Es una opción respetable, pero no tendrán el apoyo de una central de alertas y se exponen a dejar zonas vulnerables. Los profesionales de la seguridad conocen los puntos que necesitan más protección y saben aconsejar al cliente acerca de la localización más idónea de los dispositivos.
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