Con la llegada del otoño y la caída de las temperaturas, es el momento de abrigarnos bien a la hora de dormir. Para ello, el edredón nórdico es el rey de la casa. Para saber todo sobre esta prenda, sigue leyendo.
¿Por qué se llama «nórdico»?
El relleno nordico o el edredón nórdico tiene su origen en los países nórdicos, de ahí su nombre.
Es lógico que sea en los países más fríos donde se originó esta pieza que ya está extendida por todo el mundo.
Inicialmente se trataba de una prenda confeccionada con pieles de animales, plumas, seda o algodón.
Hoy en día, los más habituales son los confeccionados con fibras artificiales.
El relleno nórdico está pensado para introducirse dentro de una funda que actúa como sábana. Es decir, lo correcto es usar el nórdico directamente, en una cama vestida solo con la sábana bajera. Si usas un nordico, no necesitas ni sábana encimera, ni colcha ni manta, por lo que el ahorro tanto a la hora de adquirir la ropa de cama, como a la hora de lavarla, es considerable.
Aunque en el día a día no se necesario lavar el relleno, si es cierto que debemos meterlo en la lavadora con cierta frecuencia, por ejemplo, una vez en cada estación. De esta manera nos aseguraremos de que no se acumulan ácaros ni otras sustancias dañinas para la salud.
¿Qué tener en cuenta a la hora de adquirir un relleno nórdico?
A la hora de adquirir un buen relleno nórdico hay algunas cosas que son necesarias tener en cuenta.
No todos los nórdicos son iguales y a la hora de adquirir uno, es importante fijarse bien en sus características para comprar el más adecuado.
El gramaje es lo que diferencia el calor que un nórdico te dará. Es importante que tengas en cuenta las temperaturas en las que lo vas a usar para no equivocarte con la compra.
La opción de tener un nórdico que se divida para adaptarse a las diferentes épocas del año es una buena idea. Se trata de un nórdico que esté compuesto de dos nórdicos unidos. Uno de ellos, más ligero, para primavera,. otro más denso, para el otoño. y con los dos juntos, poder afrontar las temperaturas más frías del invierno.
Otra de las características que diferencian a los nórdicos son los materiales de los que están hechos. Elige uno sintético o natural en función de lo que más te guste, pero no te olvides de mirar sus condiciones de lavado que son diferentes según el tipo de material.
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